sábado, 21 de mayo de 2011

Después un capellán le recibió y le regaló un asno y cuatro cántaros. Se ocupaba de echar agua para la ciudad, ganaba bastante dinero en una semana podía ganar treinta maravedíes. Y con el que después de 4 años consiguió comprarse ropa decente. Cuando consiguió esto le dijo a su amo que no quería seguir con el trabajo y se fue.


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