sábado, 21 de mayo de 2011

El clérigo guardaba el pan en una vitrina con llave, y un día Lázaro encontró la llave. Lázaro se comía el pan por la noche y ponía de excusa de que los ratones entraban por los agujeros. Cuando el clérigo veía que le seguía faltando pan, puso trampas para ratones, pero no tenía ningún resultado, y el pan seguía desapareciendo, empezó a sospechar de una culebra que tiempo atrás andaba por allí. Lázaro como tenía miedo de que le descubriese, se metía la llave en la boca por las noches, pero una noche se le atravesó y empezó a silbar. El clérigo se pensaba que era la culebra, y dio un garrotazo donde oía el ruido, y descubrió que le había dado a Lázaro en la cabeza, y que este tenía la llave en la boca. Cuando Lázaro se curó al día siguiente, el clérigo le echó de casa.


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