Era la primera aventura de Lázaro pero tenía que buscar su bebida y su comida para poder sobrevivir. El mendigo era muy egoísta, y Lázaro comí muy poco, y tenía que recurrir a las trampas para poder comer. Su bebida favorita era el vino, y como el ciego no le daba, hijo un pequeño agujero en el botijo y disimuladamente, diciendo que tenía frío, se escondía entre las piernas del ciego y bebía. El ciego se dio cuenta y le castigó brutalmente.
Lázaro se cansó de sus castigos y un día le dijo:
- Amó, salte con todas sus fuerzas porque hay un río y lo tenemos que saltar.
El ciego se confió y saltó, se dio contra un pilar. Antes de que se levantara, Lázaro ya se había ido.
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