sábado, 21 de mayo de 2011

Segundo tratado!

Cuando Lázaro dejó al ciego, como ya no tenía amo, empezó a mendigar en Maqueda. Se topó con un clérigo que necesitaba un ayudante para dar misa. Lázaro dijo:
- Maltratado he sido, pero el ciego me enseñó mucho sobre eso.
Así que aceptó. El clérigo al parecer también era muy egoísta, y sólo comían en condiciones cuando tenían algún entierro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario