Segundo tratado!
Cuando Lázaro dejó al ciego, como ya no tenía amo, empezó a mendigar en Maqueda. Se topó con un clérigo que necesitaba un ayudante para dar misa. Lázaro dijo:
- Maltratado he sido, pero el ciego me enseñó mucho sobre eso.
Así que aceptó. El clérigo al parecer también era muy egoísta, y sólo comían en condiciones cuando tenían algún entierro.
- Maltratado he sido, pero el ciego me enseñó mucho sobre eso.
Así que aceptó. El clérigo al parecer también era muy egoísta, y sólo comían en condiciones cuando tenían algún entierro.
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